¿Por qué la gente que me rodea me hace tanto daño? Las personas, como seres sociales que somos, necesitamos relacionarnos y construir relaciones a nuestro alrededor con las que nos sintamos bien, nos reduzcan el estrés y nos sintamos seguros y queridos. Pero en ocasiones, precisamente las personas en las que más confiamos (familia, amigos, pareja…) nos terminan dejando más de lado en los momentos en las que más las necesitamos, y, por tanto, sentimos que nos han fallado.
¿Es esto normal? ¿Acaso las personas más cercanas a mí no deberían ser las que nunca me hicieran daño? ¿Qué puedo hacer yo para evitar ese malestar? Estas preguntas, que seguramente nos las hayamos hecho varias veces a lo largo de nuestra vida, tienen mucho foco en la forma que tenemos de relacionarnos, en la forma que tenemos de expresar nuestro dolor y nuestros límites y, como no podría ser de otra manera, en nuestra autoestima. En esa línea: ¿Las personas que tengo a mí alrededor son conscientes de que nos están causando sufrimiento? ¿Estoy expresando bien lo importante que es para mí que estén cerca?
¿Es realmente una persona dañina?
Muchas ocasiones pensamos que las personas que nos rodean son muy conscientes del daño que nos hacen, aunque en la mayoría de las ocasiones ese daño es un daño demasiado personal y que pocas veces se comunica bien.
De igual manera, si nosotros mismos no ponemos límites y expresamos las cosas que podemos tolerar y las cosas que no, es posible que los demás nos pasen por encima a menudo, sin darse cuenta del daño que nos causa. Además la autoestima juega un papel crucial en esta pregunta. Si yo mismo no me cuido, no me presto atención y no me valoro, es más fácil que las conductas de los demás me hagan daño y dependa mucho más de su respuesta y acercamiento. Entonces, algunas maneras de identificar a una persona dañina son las siguientes:
Tienen actitudes manipuladoras: Una persona que busca hacerte daño intentará que actúes no en función de tus valores, sino persiguiendo sus objetivos y metas. Es decir, te intentarán usar para conseguir algo a cambio. En estos casos, no eres tú quién tiene esta sensación, sino que, en realidad, estás ante una persona dañina. Otra de las señales de que alguien puede estar manipulándote es que intentarán echarte la culpa de errores de los cuales tú no tienes ninguna responsabilidad.
Te sientes emocionalmente agotado/a después de hablar con ellos/as: Un signo que puede ayudarte a identificar si una persona puede estar haciéndote daño es que te sientes muy cansado/a cuando acabas de estar junto a ellos/as. Por ejemplo, un dolor común puede ser experimentar de un fuerte dolor de cabeza. Este efecto puede ser debido a que sientes que junto a estas personas debes medir tu actitud y tus palabras, algo que puede generarte estrés y nerviosismo constante.
Siempre son las víctimas: Una persona dañina nunca admitirá que estén equivocadas. Por lo contrario, intentarán echar la culpa de sus responsabilidades a otra persona y se visualizarán a sí mismos/as como pobres víctimas. Cuando alguien te cuestiona algo que sabes que es verdad en determinadas ocasiones, esto puede llegar a afectar tu salud mental.
Nunca se disculpan: Todos nos equivocamos. Pero, una persona dañina jamás aceptará que no tienen la razón. Por lo tanto, es muy poco probable de que estas personas acaben disculpándose o admitiendo su culpa.
Falta de límites: Cuando una persona no respeta tus límites, esto también la convierte en una persona dañina. Por ejemplo, si pediste unos días para estar sobre una decisión y no acepta tu posición, aunque esto no le incumba, quizá estás delante de alguien que busca dañarte (consciente o inconscientemente).
Tanto si crees que eres tú el que percibe cierta negatividad en los demás, como si realmente ves que alguien está siendo dañino contigo, es importante que acudas a un psicólogo/a profesional si esto está afectando tu día a día. Sentirte parte de un grupo en el que puedas ser tú mismo/a es vital para una tener relaciones saludables con los demás.
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